Una mascota y un animal "salvaje"


Hoy he publicado dos fotos que hacen referencia a dos modos diferentes del trato animal que, personalmente, no comparto. Están publicadas en la sección de fotos de edición ligera: "Guepardo de Estepona" y "Blanca, la mascota" .
El caso del guepardo me parece muy indignante. Vivía "enjaulado" en una pequeña zona de un zoológico que hay en Estepona. Yo fui "obligado" por mi mujer y mis hijos de ir al zoo. Me parece muy indignante que los animales tengan que vivir encerrados para el disfrute de los humanos. De todo lo malo que vi en el zoo este animal es el que más me impresionó. Estaba cerca de la puerta de salida y la última foto que hice. Estaba en una zona que estaba protegida con una valla metálica muy ensortijada. Me costó en la edición que no se notara el vallado, pero lo conseguí. Las comillas del título del artículo sobre salvaje es para jugar con la ironía de que está enjaulado y no, como debería estar, en libertad.
Una se titula "Blanca, la mascota". Hace referencia a la mascota que tuvo mi hija hasta que el paso del tiempo y éste hizo su trabajo. Este último hecho supuso para mi querida hija un desamparo descomunal, ni me lo esperaba. Mi hija había descargado tal cantidad de sentimientos sobre su coneja durante los ocho años que compartieron su vida, que cuando murió sufrió y lloró mucho. Ahora tiene sus cenizas sobre el mueble de televisión que tenemos en el salón. Su recuerdo aún es muy fuerte y las cenizas consiguen atenuar su tristeza. Yo no era muy partidario de las mascotas; me parece muy poco natural que un conejo tenga que compartir su vida con un humano, en lugar de vivirla en libertad con sus peligros y sus congéneres. De los perros y los gatos soy capaz de comprender su vida en prisión, ya que los humanos hemos creado esa deformación en la vida de los perros y los gatos, por suerte o por desgracia se les nota felices. Pero un conejo, para mí, si no es para comer prefiero que vivan en libertad, como cualquier animal que no sea un perro o un gato. El conejo, cuando lo cogía mi hija de modo cariñoso, no lo comprendía y se ponía nervioso en algunas ocasiones. Para mí los conejos están para vivir a su bola, tanto en un corral como en el campo. Pero mi hija se creo mucha dependencia emocional con su mascota. En cierta manera hice que viviera en libertad durante el día, para luego a la hora de dormir, lo pasara en la jaula. Cuando la traje de la tienda de mascotas hice que la dejaran en libertad en el patio de nuestra casa. Me sorprendió, este animal es igual de limpio que los gatos, y sólo cagaba y hacia pipi en su jaula. Esto hizo que cada semana tuviéramos que hacer limpieza total de la jaula, con cambio de lecho de virutas de papel. En fin, al fin y al cabo llevó buena vida, sin libertad pero una buena vida. Esta foto nació de una vez que se puso en la puerta de cristal del patio; entonces la vi, cogí el Huaweii, puse la cámara, enfoqué y toqué el icono de disparo de la aplicación de cámara, y surgió esta preciosa foto. A mi hija le encanta, espero que a vosotros también.
Bye, bye, my friends,
nandoLARA